jueves, 6 de marzo de 2014

Toulouse-Lautrec

Henri de Toulouse-Lautrec.
1864 - 1901, Francia.

Pintor y cartelista que destacó por su representación de la vida nocturna parisina de finales del siglo XIX.

Se le clasifica como perteneciente al Post-Impresionismo.






La primera obra de Toulouse conocida son caricaturas recogidas en varios de sus cuadernos escolares. Ya desde muy niño mostraba dotes de artista, sin embargo, este oficio no era nada frecuente entre la gente de su alto nivel social. Supuestamente Henri debía seguir la tradición familiar y dedicarse a la carrera militar.
Su delicada salud y dos graves fracturas de pierna mal curadas limitan su libertad, y son la razón por la cual su madre comienza a fomentar su talento artístico.


PRIMERAS OBRAS


El Conde Alphonde de Toulouse Lautrec
1881



  El interés de Toulouse por los seres vivos, el movimiento y lo momentáneo, se puede apreciar ya en sus primeras obras, con escenas de caza, caballos y jinetes. Éstas temáticas en sus primeros cuadros eran motivo de la vida aristocrática.

  El motivo de este cuadro fue tomado de una fotografía del padre de Toulouse. Los colores intensos y las pinceladas sueltas refuerzan aun más el efecto de lo momentáneo, característica esencial de muchas obras posteriores.






Asistente con dos caballos, 1880
















Toulouse Lautrec tenía varias ideas claras con respecto al arte, entre ellas la siguiente, dicha por él mismo a un amigo: ''Sólo existe la figura; el paisaje es sólo un complemento y no puede ser otra cosa, sólo sirve para hacer más comprensible el carácter de la figura''. De este modo, se diferencia de los impresionistas como Van Gogh y Claude Monet, quienes se preocuparon más por la representación paisajística que por la humana, poniendo el énfasis en explorar los efectos de la luz.


Autorretrato, 1880




 En su primera etapa como pintor, Henri estaba también muy interesado en la exploración de sí mismo.
  En esta obra, delata el convencimiento amargo  de que no sería él, sino su enfermedad, lo que iba a determinar su vida. Expresa como la amargura llegó a convertirse en una parte de su personalidad. Y además cómo, a pesar de tener un temperamento alegre, su defecto le iba a pesar durante toda su vida, como una sombra que intentaría expulsar tratándose a sí mismo con ironía.




LLEGADA A PARÍS.

La ciudad de París experimenta un gran cambio desde la mitad del siglo XIX. Las callejuelas pasan a ser enormes plazas repletas de bulevares y cafés, que atraen al bullicio.

París, como centro artístico ofreció a Toulouse gran cantidad de estímulos para sus pinturas.

En esta pintura toma como modelo a Edgar Degas pero, a diferencia de él, no nos muestra una actución, sino un fragmento de un ensayo.
Una de las particularidades de esta obra es la proximidad del expectador a la acción representada.

  Tras un par de años de estudios artísticos en talleres, Toulouse se da cuenta de que no puede aprender más de pintores académicos como fueron Bonnat y Cormon, dirige entonces su atención hacia el arte vanguardista, especialmente a la obra de Edgar Degas.


En el Moulin Rouge: la danza, 1889 - 1890

  A partir de 1986 Toulouse-Lautrec se instala en Montmartre, donde empieza a conocer a los artistas que actuaban en los locales nocturnos, como bailarinas; y materializaba sus impresiones en sus cuadernos de apuntes.

  Estar apartado del ambiente aristocrático de su familia, da un vuelco a la vida de Toulouse, quien comienza a consumir alcohol y a frecuentar burdeles.
  Decidió así convertirse en un cronista del ambiente de la baja sociedad. De día, en su taller, convertía los dibujos que hacía durante la noche en composiciones pictóricas.



EL ESTILO PROPIO DE TOULOUSE


Dama con atuendo de baile a la entrada
de un palco de teatro, 1890.

  En un periodo muy corto, Toulouse había encontrado un lenguaje pictórico inconfundible:

  - Utilizó en la pintura la estética propia del dibujo, es decir, una representación dominada por la línea.

  - Como gran innovación, aplicaba el óleo en la pintura de forma muy diluida, lo que le permitía plasmar impresiones instantáneas y movimientos.

  - Sus pinturas estaban dotadas de una vitalidad inigualable.

  En esta obra en la que se representa a una mujer que abandona el palco, sorprende que el espacio haya sido representado de forma tan difusa, y que la cara de la mujer quede escondida a los ojos del espectador.




La de la parte inferior, es la composición que reúne todas las características de los cuadros posteriores:

  - Superficie plana y movimiento, realizados con una capa fina de color que deja traslucir el fondo.

  - Encuadre casual que el autor aplica por influencia de las xilografías japonesas.

  - Figuras marcadas  por líneas de contorno, que destacan sobre el fondo como siluetas.



El sentimiento general de inseguridad de finales del siglo se reflejaba en la necesidad de diversión. Toulouse-Lautrec captó este sentimiento con su nueva forma de entender la pintura.


TOULOUSE CARTELISTA

Moulin Rouge: la Goulue,
1891
Litografía a cuatro colores.

Entre los años 1891 y 1892, Toulouse empieza a elaborar carteles y a diseñar portadas e ilustraciones para diferentes publicaciones.


  Aun así, no abandona la producción de pinturas al óleo. Se familiariza con el local Moulin Rouge, y sus pinturas son fruto de los dibujos que allí realizaba.

  El de la derecha, es uno de los primeros carteles que diseñó Toulouse-Lautrec, y fue rápidamente un éxito absoluto.


OBRAS DESTACADAS


Ambassadeurs: Aristide Bruant,
litografía, 1892.
DIbujo de Yvette Guilbert, 1894.
  Una de las cantantes más conocidas de la época era Yvette Guilbert, para quien Toulouse-Lautrec elaboró dos álbumes de grabados.

  Otro personaje retratad en carteles de Toulouse fue el oficinista y canante Aristide Bruant.

   La payasa Cha-U-Kao, 1895.             



El jockey de Longchamp, 1899.
Forma de representación totalemete inusual. El espectador tiene la impresión de  estar también sobre un caballo.

 
La cama, 1892.










Dos de las 16 pinturas que el dueño de un burdel encargó a Toulouse. Se dice que todas ellas representanun tema común: lesbianismo entre las chicas del burdel. Toulouse trata este tema con gran sensibilidad y naturalidad, pues matenía amistad con muchas de estas chicas.

El beso, 1892.


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